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Ayer las calles de Zamora se tiñeron de color púrpura, con una marea de varios miles de personas exigiendo un trato digno para la Región Leonesa. Convocada por la Plataforma por la Autonomía del País Leonés, con la que colaboramos estrechamente, la manifestación se inició con sones de gaita charra y tamboril en la Plaza de Alemania, continuando por la avenida Alfonso IX para tomar posteriormente la calle Santa Clara.  Las voces de “Salamanca, Zamora, León, somos región”, o las de “Autonomía País Leonés”, se hicieron presentes y casi permanentes, danzando junto a los acordes de la música tradicional. Estas proclamas y sones, tras el paso por la calle Benavente, pasaron a inundar la calle San Torcuato, adornando con el colorido de las banderas el bello palacio de los Momos, girando la comitiva en la Plaza de Sagasta hacia Santa Clara nuevamente, para finalizar en la Plaza de la Constitución. En ésta, junto a la Subdelegación del Gobierno en Zamora y frente a la iglesia de Santiago del Burgo, se leyó el manifiesto de la manifestación.

En el manifiesto, la organización denunció el abandono al que se encuentran sometidas las provincias de Salamanca, Zamora y León, así como la necesidad de contar con una autonomía propia, alertando de la despoblación que está sufriendo la Región Leonesa desde su inserción en la comunidad de Castilla y León, que se traduce en 118.000 habitantes menos, y cuyo peor dato es la perdida de casi el 20% de la población en el caso de Zamora desde dicha unión en 1983. Asimismo, se reivindicó la necesidad de reapertura de la Vía de la Plata, o la necesidad de parar el proyecto de mina de uranio en Retortillo que amenaza al Campo Charro. La emigración forzada de los jóvenes leoneses al exterior, el consiguiente envejecimiento, o la falta de promoción industrial de las tres provincias de la región fueron otros temas abordados en el manifiesto, que puso el punto final a la manifestación.

Una jornada de denuncia multitudinaria de los problemas de la Región Leonesa, pero también de festejar el amor a Salamanca, Zamora y León, nuestra tierra. Un éxito de asistencia y, sobre todo, una inyección de moral para todos aquellos que luchamos por un futuro digno para las provincias leonesas.

Hace unos días, un grupo de usuarios de la Autovía de la Plata (A-66) a su paso por la provincia de Salamanca, denunciaron ante el Ministerio de Fomento la penosa situación en la que se encuentran algunos tramos de esta autovía, construida en esta provincia hace menos de una década.

Ante este hecho, desde la Plataforma por el Futuro de la Región Leonesa queremos mostrar nuestro apoyo a dicha denuncia y unirnos a ella públicamente, por considerarlo un problema de primer nivel.

El tramo que reviste una mayor peligrosidad es el que une los municipios de Guijuelo y Sorihuela, hasta la ascensión del puerto de Vallejera, en dirección Béjar. En esta zona los parcheados superpuestos de los sucesivos baches y socavones que aparecen con regularidad desde los meses inmediatos a la construcción de la carretera, hacen que el carril derecho de la vía se parezca más a una pista forestal que a una autovía de la Red de Carreteras del Estado que vertebra cuatro regiones del Oeste español.

En la misma dirección, salvado ya el límite regional entre León y Extremadura, a la altura del municipio de Baños de Montemayor, vuelve a aparecer un carril derecho plagado de baches parcheados o sin parchear, que de nuevo nos hacen dudar de si no nos habremos internado en algún camino agrícola del espectacular paisaje serrano que nos rodea.

Una vez más, somos las regiones envejecidas, donde llevamos décadas sufriendo la sangría de la emigración a un ritmo que, lejos de aminorarse, se acentúa de año en año, las que sufrimos estas penosas condiciones en las infraestructuras viarias que nos vertebran haciéndonos parte, es un suponer, del denominado Primer Mundo.

Ya dijo el por entonces flamante ministro bejarano D. Jesús Caldera Sánchez-Capitán que la nueva autovía largamente esperada que al fin se inauguraba sería “la más moderna de Europa”. Ya vemos que con “moderna” se refería a la edad histórica anterior a la Revolución Francesa, así llamada.

Hartos de ser ciudadanos de segunda, habitantes de una región a la que le niegan hasta el nombre, desde estas plataformas ciudadanas exigimos soluciones. Llámennos victimistas si quieren, pero primero infórmense, pasen por la zona, vean la situación límite que hemos alcanzado con el abandono institucional que llevamos sufriendo durante décadas. Sólo pedimos una cosa, poder vivir con dignidad, nosotros y las generaciones venideras, en esta tierra que hoy languidece. Pedimos un futuro para la Región Leonesa ¿Tanto es?